«Casi la mitad de los eventos adversos podrían ser evitables»

10 de marzo de 2011 a las 13:09
Jesús Aranaz, especialista en Medicina Preventiva y profesor de la Universidad Miguel Hernández.

¿Cómo repercute la evaluación de la calidad en la seguridad del paciente? ¿Cómo se lleva a cabo ese proceso de evaluación? ¿Es posible mejorar dicho proceso? La seguridad clínica es una dimensión clave de la calidad asistencial, es el resultado de un conjunto de valores, actitudes, competencias y actuaciones de todos los profesionales y del propio sistema sanitario. Esto quiere decir que la calidad asistencial está amenazada tanto por los fallos del sistema como por los propios errores humanos, y además está influida por la vulnerabilidad del paciente.
Por otra parte, no se puede mejorar nada que no seamos capaces de evaluar, para poder comparar en diferentes momentos en el tiempo, o tras la implantación de medidas. En definitiva, necesitamos implementar indicadores que nos evidencien el porcentaje de cambio, que será nuestra mejora.
Estos indicadores podrían ser, por ejemplo:

Indicadores de Proceso:

  • Tasa de profilaxis antibiótica perioperatoria correcta.
  • Tasa de profilaxis tromboembólica.

Indicadores de Resultados:

  • Tasa de infecciones nosocomiales (IHQ, ITU, Bacteriemias).
  • Tasa de errores de medicación.
  • Tasa de reingresos en los 7 días siguientes al alta tras cirugía mayor.

En lo que respecta al uso del medicamento, ¿cómo es posible mejorarlo? En todo el proceso, desde  la preparación, dispensación, prescripción y administración.

¿Cuáles son en estos momentos los grandes desafíos a los que se enfrenta la Medicina Preventiva? Los Servicios de Medicina Preventiva iniciaron su andadura para mejorar la higiene del medio (hospitalario), y posteriormente centraron la atención en la Vigilancia de la Infección Nosocomial. En estos momentos, la infección nosocomial sólo supone un tercio de los eventos adversos relacionados con la atención sanitaria, por lo que estos servicios deben orientarse a la prevención de todos los EA (desde la infección a la caída de los enfermos pasando por las úlceras por presión y los resultados adversos del uso del medicamento).

¿Qué líneas de investigación se están desarrollando actualmente en la Universidad Miguel Hernández de Elche? Nuestro grupo de investigación está trabajando sobre todo en metodología para la calidad de la asistencia y la seguridad del paciente en un proyecto de investigación financiado por el FIS, que lleva por título El marketing sanitario aplicado a la mejora de la higiene de manos y dos proyectos financiados por MAPFRE: Segundas Víctimas, que se centra en los profesionales sanitarios como segundas víctimas de un evento adverso y Errores clínicos en Atención Primaria y Calidad de la información al paciente. Además, estamos pendientes del dictamen en un cuarto proyecto.
También estamos trabajando en la explotación de resultados de los grandes estudios que hemos realizado estos años, y se están realizando estudios secundarios utilizando las grandes bases de datos a las que han dado origen a los estudios ENEAS, APEAS e IBEAS.

La actual crisis económica, ¿puede influir en la calidad asistencial? Probablemente, como en todos los ámbitos sociales la crisis económica podría conllevar un recorte presupuestario en lo referente a financiación de proyectos. Si así fuera, con toda seguridad que repercutiría en la calidad asistencial.

¿Qué aspectos se abordan y cuál es la finalidad del Programa de Seguridad del Paciente en España? ¿Cómo aborda la Unión Europea esta materia? En los dos ámbitos el abordaje es similar. Hasta la fecha han seguido los dictámenes de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente de la OMS, desarrollando 6 programas:

  • Seguridad para el paciente en todo el mundo: Infección Nosocomial.
  • Pacientes por la seguridad del paciente: Participación del paciente.
  • Taxonomía de la seguridad del paciente.
  • Investigación para la seguridad del paciente.
  • Soluciones para la seguridad del paciente.
  • Información y aprendizaje.

En mi opinión los nuevos retos pasan por la formación de los profesionales, por la implantación de las prácticas seguras que la evidencia científica disponible nos aporte, y sobre todo facilitando los cambios culturales que transformen la cultura de la culpa por la del aprendizaje.

¿Qué acciones está realizando el Ministerio de Sanidad en lo que se refiere a la Seguridad del Paciente?  Desde mi punto de vista, está realizando una actuación de coordinación esencial. Pocos programas cuentan con un respaldo tan común de las diferentes comunidades autónomas como éste. Se ha centrado en la promoción de aquellas acciones de denominador común, la sensibilización y formación  de los profesionales en materia de seguridad del paciente, en buscar aliados entre las sociedades científicas y de pacientes y ciudadanos, y en coordinar proyectos de las diferentes comunidades autónomas, además de aportar financiación específica.

Además de concienciar a los ciudadanos para que no hagan un mal uso de los antibióticos, ¿cómo se puede promover la participación de pacientes y ciudadanos en las políticas de seguridad? Implicándolos en su propia seguridad, con una participación activa en la misma. Este ha sido el espíritu que ha inspirado el programa de “pacientes por la seguridad del paciente de la OMS”, el programa de “Campeones por la Seguridad del Paciente” que se pueden consultar en la página web de la OMS o la “red de ciudadanos por seguridad del paciente”, impulsada en este caso por el Ministerio de Sanidad.
Sin la implicación del paciente y su familia en sus cuidados no es posible la calidad de la asistencia. El paciente ha de ser un miembro más del equipo asistencial.

Poco antes del verano el Ministerio de Sanidad habló del Proyecto “Bacteriemia Zero”, ¿qué objetivos persigue este proyecto? ¿Hay datos acerca de los primeros resultados de este Proyecto? El programa persigue la disminución de la infección nosocomial, concretamente la relacionada  con el uso de dispositivos intravasculares centrales, frecuentes en las unidades de cuidados intensivos. Para alcanzar ese objetivo se apoya en dos estrategias: una de cambio cultural, implicando a todos los profesionales de las unidades en la seguridad del paciente; y otra más práctica, aplicando una serie de medidas sencillas (6), basadas en la evidencia, y de eficacia probada, aplicada como un paquete (bundle bacteriemia zero). Estas medidas son:

  • colocación esteril
  • manejo higiénico
  • suprimir lípidos precozmente
  • evitar femorales
  • disminuir número de luces
  • retirada precoz de los catéteres

En la Jornada Nacional de la Sociedad Española de Medicina Preventiva que se celebró el 17 de septiembre en Alicante, se presentaron resultados provisionales que muestran una reducción importante de la densidad de incidencia de bacteriemia relacionada con catéter venoso central.

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