El Empleo de las Personas con Discapacidad en el año 2019
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado los datos sobre el empleo de las personas con discapacidad en el año 2019.
Los principales resultados:
- El 34,0% de las personas con discapacidad oficialmente reconocida eran activos, 0,5 puntos menos que en 2018. Esta tasa de actividad era 43,7 puntos inferior a la de la población sin discapacidad.
- La tasa de paro para el colectivo fue del 23,9%, con un descenso de 1,3 puntos respecto a 2018. Esta tasa era 10 puntos superior a la de la población sin discapacidad.
- La tasa de empleo de las personas con discapacidad fue del 25,9% (66,9% para las personas sin discapacidad), con un aumento de 0,1 puntos respecto a 2018. El 89,5% de los ocupados eran asalariados y, de estos, el 73,1% tenía contrato indefinido.
Características de la población activa con discapacidad
En el año 2019 había 1.876.900 personas con discapacidad en edad de trabajar (de 16 a 64 años), lo que supuso el 6,2% de la población total en edad laboral.
De esta cifra, 638.600 eran activos. Dentro de esta población activa con discapacidad se observó mayor porcentaje de hombres, más peso del grupo de 45 a 64 años y menor representación de personas con estudios superiores que en los activos sin discapacidad.
Para la población ocupada con discapacidad (485.900 personas en 2019) se observaron las mismas diferencias en cuanto a sexo, edad y nivel educativo que las señaladas para los activos en comparación con los ocupados sin discapacidad.
El porcentaje de asalariados con discapacidad en las empresas de 50 o más trabajadores del sector privado fue del 2,2%. En esta cifra están incluidas las entidades especializadas en la inclusión social de las personas con discapacidad.
En cuanto al paro, en la población con discapacidad había mayor porcentaje de hombres, de personas de 45 a 64 años y de desempleados con estudios primarios y secundarios que en los parados sin discapacidad. Por el contrario, había menor representación de parados con estudios superiores y de personas de 16 a 24 años.
Lo más destacable del colectivo de personas con discapacidad es su baja participación en el mercado laboral. En 2019 su tasa de actividad bajó medio punto y se situó en el 34,0%, más de 43 puntos inferior a la de la población sin discapacidad.
La tasa de empleo fue del 25,9%, 41 puntos inferior a la de las personas sin discapacidad. Dicha tasa aumentó 0,1 puntos respecto a 2018.
Por su parte, la tasa de paro superó en 10 puntos a la de la población sin discapacidad (23,9% frente a 13,9%). Respecto al año 2018, la tasa de paro se redujo 1,3 puntos (1,2 en el caso de las personas sin discapacidad).
La tasa de empleo de los hombres con discapacidad aumentó en 0,3, puntos respecto a 2018, mientras que la de las mujeres disminuyó en 0,1 puntos. Por su parte, la tasa de paro bajó 2,0 y 0,4 puntos, respectivamente.
En 2019 se observó mayor incidencia del desempleo en la población más joven. Las mayores tasas de actividad se dieron en el grupo de 25 a 44 años, tanto para las personas con discapacidad como para el resto de la población.
Por su parte, los mayores descensos en las tasas de paro se dieron en el grupo de 16 a 24 años, igualmente tanto para la población con discapacidad (la tasa se redujo 1,7 puntos respecto a 2018) como en el resto de la población (bajó 1,8 puntos).
La participación laboral está muy determinada por el tipo e intensidad de la discapacidad. La tasa de actividad para el grado de discapacidad de menor intensidad fue del 54,0% en 2019 y disminuyó progresivamente hasta el 12,7% para el grado superior de discapacidad.
Las personas con deficiencias auditivas presentaron las mayores tasas de actividad (56,8%) y las que tenían deficiencia mental, las menores (27,8%).
Los mayores incrementos en las tasas de actividad en 2019 respecto al año anterior se dieron en los grupos asociados al Sistema visual y al Sistema osteoarticular. Por el contrario, los mayores descensos se registraron en los grupos de discapacidad asociados al Sistema digestivo, metabólico y endocrino y a Otros.
La mayoría de los trabajadores con discapacidad en 2019 eran asalariados, tenían contrato indefinido, jornada completa y desempeñaban su actividad en el sector Servicios.
Así, el 89,5% de las personas con discapacidad que trabajó lo hizo como asalariado (4,9 puntos más que las personas sin discapacidad). Y el 73,1% de los que trabajaban por cuenta ajena tenía contrato indefinido (0,7 puntos menos que la población sin discapacidad).
El 82,7% de los ocupados con discapacidad trabajaba a jornada completa, una proporción inferior a la de los trabajadores sin discapacidad (2,9 puntos menos).
El 80,9% de los ocupados con discapacidad desempeñó su actividad en el sector Servicios, frente al 75,4% de quienes no tenían discapacidad.
Entre las políticas destinadas a fomentar la actividad laboral del colectivo están las que favorecen su inserción en el empleo ordinario. Entre ellas cabe destacar las reducciones y bonificaciones en las cuotas de cotización, tanto para trabajadores asalariados como por cuenta propia, así como la modalidad de contratación específica para trabajadores con discapacidad en el caso de los trabajadores asalariados, que, además de conllevar bonificaciones en las cuotas de cotización a la Seguridad Social, contempla determinadas subvenciones.
El 26,7% de las personas con discapacidad ocupadas que cotizaron a la Seguridad Social en 2019 tenía algún tipo de reducción o bonificación en las cotizaciones.
El porcentaje de asalariados con discapacidad con la modalidad de contrato específico de discapacidad fue del 26,6%.
Las reducciones y bonificaciones en las cuotas de cotización y la contratación específica beneficiaron, sobre todo, a la población masculina, al grupo de edad de 16 a 44 años, a los grupos de discapacidad asociados a deficiencia sensorial e intelectual y a las personas con grado de discapacidad superior al 65%.
Las Prestaciones Sociales Públicas son pensiones y subsidios abonados con cargo a recursos de carácter público cuya finalidad es cubrir situaciones de incapacidad, jubilación, muerte y supervivencia, protección familiar, desempleo para personas mayores de 52 años y otras mejoras estatutarias y prestaciones complementarias. Por ello, suponen una importante herramienta de apoyo para la situación de discapacidad.
De cada 100 personas en edad laboral, 12 percibieron una prestación durante 2019. En el caso específico de las personas con discapacidad el sistema público de prestaciones benefició a 1.277.600. De ellas, 260.300 personas eran activas.
Entre las personas con discapacidad perceptoras de prestaciones, el 81,2% recibió la prestación debido a una incapacidad laboral. Por su parte, el 2,7% lo hicieron exclusivamente en términos no contributivos, es decir, sin haber cotizado previamente por ellas.
En el año 2019 el 16,5% de las personas con discapacidad (309.400) tenía también reconocida oficialmente la situación de dependencia. De estas, el 10,3% permanecieron laboralmente activas.
Las mayores tasas de actividad dentro del colectivo de las personas con discapacidad en el año 2019 se dieron en Castilla-La Mancha (40,0%), Aragón (40,0%) y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla (46,3%). Por su parte, las menores tasas de actividad se registraron en Canarias (25,8%), Galicia (29,7%) y Andalucía (30,2%).
Etiquetas: 2020, ine., laboral, personas con discapacidad
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