Ibermutuamur y los retos tecnológicos de la revolución 4.0

31 de octubre de 2018 a las 13:18

Marta Fernández García, responsable de Prevención de Ibermutuamur en Zona Norte, intervino el pasado 24 de octubre en la jornada sobre ‘Riesgos asociados a la revolución 4.0’, que celebró el sindicato UGT en León, con participación de unas 80 personas.

JORNADA “RIESGOS ASOCIADOS A LA REVOLUCIÓN 4.0”

En su ponencia, titulada ‘Retos tecnológicos de la revolución 4.0’, Marta Fernández expuso las generalidades y retos que nos plantea esta revolución industrial. Para ello, comenzó explicando qué se considera una revolución industrial y las cuatro grandes revoluciones por las que hemos pasado en estos últimos dos siglos.

Constató que la revolución 4.0 y, por ende la industria 4.0, ya es presente, incluso los adelantos tecnológicos en los que se basan ya pertenecen al pasado. Sin embargo, ¿estamos realmente preparados para estos cambios? Su implantación –subrayó– se retrasa especialmente por motivos económicos y sociales. Las características diferenciadoras de esta revolución son la velocidad de avance, la amplitud y el ámbito de influencia.

La representante de Ibermutuamur puso de relieve que la revolución industrial 4.0 se basa en el cambio en las formas de trabajo y en la organización del mismo: la digitalización, el teletrabajo, los e-nómadas, la inteligencia artificial, la conectividad. Las tecnologías principales que soportan estos cambios son: internet de las cosas (IoT), la fabricación aditiva (impresión 3D), la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial, el big data y los robots colaborativos (CObots). Es preciso destacar –argumentó– la aplicación de estas tecnologías al campo de la prevención de riesgos laborales.

Además, agregó, se debe comenzar a trabajar ya para superar los retos de formación, nuevos empleos, reducción del número de puestos de trabajo y transformación global de la empleabilidad de las personas que nos suponen estos avances tecnológicos.

Concluyó señalando que en este proceso se prevé un aumento de la importancia de los factores psicosociales frente a factores de carga de trabajo físico así como una necesidad de disponibilidad y conectividad de las personas al conocimiento más que su adquisición. Por ello, es preciso cambiar los métodos de formación para que la tecnología pueda incrementar las capacidades de las personas en lugar de realizar sus tareas.

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